“En estos días confusos y llenos de problemas de todo orden, la Universidad, menos aún…puede refugiarse en un orgulloso aislamiento, tiene que salir al paso de la vida y convertirse en un poder espiritual y vigoroso de orientación y vigilancia” [Octavio Mendez Pereira].
Durante cuatro Lustros. la Universidad de Panamá. padeció el secuestro del que fue objeto de parte de las hordas antiacadémicas y reeleccionistas que la deformaron, con la llegada de Gustavo García de Paredes a la rectoría de nuestra Primera casa de estudios.
La Universidad esperaba poder reponerse de la herida inflingida a sus valores más preciados de ciencia, investigación, cultura, de parte de una manifiesta tendencia política que, tempranamente, exilió a la academia del campus universitario central y de sus regionales. Sin embargo, no ha sido así,
La Universidad continua de espaldas a la grave crisis que vive nuestra sociedad y no le han permitido que cumpla con su vocación y su misión, pero si la han adaptado a una de las más graves taras de nuestra sociedad: el clientelismo, el electorelismo y el caciquismo. Estas taras se han sustituido al academicismo, a la investigación y a la cultura que debe, hoy más que nunca, emanar de la principal institución universitaria de nuestro país.
Retomar nuevamente el sistema de reelección de las autoridades universitarias a todos los niveles, de manera inmediata, incondicionada e indefinida, es la ocasión para entronizar el culto a la personalidad, la autocracia y el autoritarismo, el amiguismo, en la institución dónde por antonomasia nunca debió existir y, mucho menos, volverse a dar.
La prolongada permanencia en poder de la rectoría, de las direcciones de los Centros Regionales, de los Decanatos, etc, transforma a los detentadores de dichos cargos en burócratas y destruye el funcionamiento propio de la institución académica, a la voluntad arbitraria de un solo individuo.
El país nacional, especialmente entre los estudiantes y profesores de la Universidad de Panamá, deben despertar para su combate cívico contra el país secuestrado por la politiquería, la Plutocracia y las cúpulas de la partidocracia.
El NO A LA REELECCIÓN comenzó a cobrar fuerza como una herramienta ciudadana, para combatir una práctica que ha destruido el funcionamiento normal y democrático de las instituciones. Hoy, en la Universidad de Panamá, las autoridades universitarias reeleccionistas, buscan olvidar y hacer olvidar.
Reitero, una vez más, que: “La Universidad de Panamá, dónde se debía aquilatar el cultivo del conocimiento y de la inteligencia, la tenemos como ejemplo vivo de las nefastas consecuencias de la reelección de sus autoridades, Y, aún así, no faltan quienes buscan en otros claustros universitarios introducir el ese síndrome de deficiencia académica, que acarrea la reelección”.
“Por ello, resulta bochornoso ver cómo en la Universidad de Panamá, tanto el Rector como la mayoría de los Decanos y Directores de Centros Regionales, buscan afanosamente la reelección en sus cargos, obtenidos hace cinco años atrás.. Para tal fin, recurren a todos los medios demagógicos habidos y por haber, abandonando los más caros valores académicos y demostrando que nada aprendieron de los veinte años de gustavismo”.
Hoy más que nunca, no debemos permitir, bajo ningún pretexto, este nuevo crimen contra nuestra Universidad. “Sufragio efectivo, NO reelección”
Autor: Miguel Antonio Bernal.