¿Quién vota? Esa fue la pregunta del presidente, en televisión para justificar sus actuaciones. Tomemos en cuenta que en 2019 votó el 65 % de los votantes. Ese bajo porcentaje es una de las consecuencias de la corrupción. Las personas se alejan de la política. El que ganó lo hizo con máximo 33 %. Ese porcentaje ni siquiera debiera permitirse. En cualquier país sería necesaria una segunda vuelta. ¿Qué porcentaje con cédulas falsificadas o inscritos en partido gobernante a cambio de trabajo? ¿Qué porcentaje votó en blanco?.
Pero asumamos que “ganó”. Lo hizo con discursos prometiendo el cielo y la tierra. Que él es plenamente consciente que son las aspiraciones de gente vulnerable, golpeada y ansiosa por una vida mejor; recién salida una y otra vez de gobiernos incapaces y malintencionados. Y sin opciones, por la estructura política existente.
Por otra parte, “los pagados” que aspiran con tráfico de influencias ocupar puestos bien remunerados, aún sin tener la capacidad para ejercerlos. Y los que financian, con el objetivo de ser catalogados “empresarios”, con argumento de ser “creadores de trabajos”, por lo que se les deben entregar recursos y bienes que pertenecen a todos.
Cuando se promete algo y además se jura sobre la Constitución , que esa agenda se cumplirá y harán cumplir esa Constitución y Leyes, pero nada de eso ocurre, eso se llama ESTAFA . Y eso es DELITO. Cuál es entonces la » Legitimidad» de un gobierno que no cumple lo prometido ni las reglas básicas que son la Constitución y Leyes?.
Pero además de ser estafados, los ciudadanos también tienen que asumir la culpa, que se les restriega diariamente, la culpa de haber “votado” mal. Pero ¿cuáles opciones tuvo?. ¿Ofrecen esos partidos opciones decentes y capacitadas? ¿Tiene el elector buenas opciones?.
¿Puede nuestro país seguir dando traspiés por estas organizaciones delictivas, llamadas partidos políticos, que secuestran el país?. Afectando y hasta eliminando la vida de miles de personas, incluyendo niños, como hemos podido descubrir recientemente, y porque no tienen acceso a los más elementales servicios, a trabajos remunerados que les permitan sostener a su familia y vivir en forma segura y decente sin tener que prostituirse e inscribiéndose por obligación al partido gobernante para poder tener un trabajo. Producen gobiernos que tiran lodo diariamente sobre nuestro país con escándalos de corrupción de todo tipo y somos el hazmerreír nacional e internacional.
Grupos organizados promueven un referéndum, como salida PACIFICA para este desorden e injusticia. Y redactar una nueva Constitución a través de una Asamblea Constituyente Originaria, formada por personas capaces y decentes, cuyo perfil y requisitos deberán ser previamente acordados.Pero los que no quieren perder los “beneficios» ni la Impunidad que los protege, catalogan esta acción como golpe de Estado. Golpe de Estado es lo que estamos viviendo los ciudadanos actualmente. Ningún órgano del Estado funciona correctamente. Funcionarios, incluyendo Ejecutivo, no respetan leyes ni Normas. Todos actúan como si las instituciones fueran de su propiedad. Ejemplos tenemos.
Autor: Laura candanedo
Arquitecta
Una respuesta a «Un secuestro cuyo apodo es “Democracia”»
Podremos tener la mejor Constitución del mundo, pero si los ciudadanos no están dispuestos a defenderla cada vez que los gobernantes la violan, no lograremos ningún cambio sustancial del status quo imperante en el país.
Hay que educar al ciudadano y hacerlo consciente de que la Constitución hay que defenderla de igual forma como defenderíamos nuestros hogares, de cualquier extraño que trate de entrar sin permiso.
Con todas las falencias de la Constitución actual, en la misma hay consagrados muchos derechos que benefician a la sociedad. Sin embargo son letra muerta, precisamente por la indiferencia, hapatía, comodidad y valor para defenderla cuando es violada por los diferentes gobiernos.
La falta de civismo y cultura, no nos permite ser conscientes de que en la medida que estemos dispuestos a ofrendar nuestras vidas en defensa de nuestra Constitución, estaremos garantizando la convivencia y paz social de la presente y futuras generaciones.