Llegó la hora del despertar Ciudadano, el momento de recuperar nuestra dignidad nacional con un 9 de enero hacia adentro, de empinarnos por encima de los “juega vivo” que controlan la vida económica, política y social
Los acontecimientos sociopolíticos –a nivel mundial– no se detienen. La población mundial, en medio de la crisis sanitaria, enfrenta los peligros propios a la creciente interdependencia de las sociedades. La resignación empieza a quedar atrás y, la acción y la participación ciudadana, comienza entrar, muchas veces tímidamente, al escenario.
Nuestro Panamá, contrariamente a los que muchos desean o piensan no ha de ser la excepción. Dentro del escenario mundial de altas y bajas, Panamá ha entrado por la puerta ancha, solo por la “marca país“ tejida por los factores reales de poder dominantes, con su ignorancia, afán de lucro, ausencia de valores democráticos, nulo amor por la patria pero, muy especialmente por su descarnada identificación con la corrupción e Impunidad en todas las direcciones y niveles socio-económicos.
Las revelaciones que permiten aseverar que estamos bajo un gobierno que, por acción y omisión, es responsable primario y cómplice de los abusos, maltratos, torturas y violaciones carnales de los niños de los albergues bajo su responsabilidad, han comenzado a provocar el estupor y repudio Ciudadano a nivel nacional, que no podrán reprimir. Los resentimientos se acumulan cada día más ante el cotidiano sembrar de vientos de parte de las máximas autoridades gubernamentales. Cualquiera diría que están ansiosos de cosechar tempestades sociales.
Esto último no debe tomarnos de sorpresa por el apresuramiento que han demostrado en acudir nueva y precipitadamente, en busca de sus bodyguards, como consagrados cipayos que siempre han sido y serán.
La ausencia de masivas movilizaciones populares y la abulia e indolencia de los sectores politiqueros que se autodenominan “fuerzas democráticas”, acompañados de los oportunistas disfrazados de sociedad civil y de los periodistas gastos pagos (pgp’s), no debe llevarnos a repetir que: “aquí no pasa nada”. Muy por el contrario, ya asoma un despertar Ciudadano que ha comenzado a reaccionar ante la parálisis cívica, que urge estremecer y desmantelar.
El despertar se impondrá, aunque unos cuantos no lo desean así para poder seguir en sus prácticas antinacionales, antipopulares y antidemocráticas cuales piratas modernos. Una urgente regeneración en ejercicio de nuestro poder Ciudadano y constituyente, para no hablar del “revolcón” postergado, de nuestra voluntad y actuación ciudadana.
Llegó la hora del despertar Ciudadano, el momento de recuperar nuestra dignidad nacional con un 9 de enero hacia adentro, de empinarnos por encima de los “juega vivo” que controlan la vida económica, política y social, de la putrefacta partidocracia y su Tribunal Electoral, que vive del poder excluyendo la ciudadanía’’; de los que han mancillado el nombre de la Patria para acrecentar sus fortunas a costa de la “sangre, sudor y lágrimas”, de un pueblo noble e ingenuo.
Autor: Miguel Antonio Bernal
Abogado y Docente Universitario