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Las Diferencia Sociales en Pandemia

Los privilegios para los ciudadanos de “primera categoría” o sea para los que poseen poder político y económico han existido antes y durante la llamada pandemia por coronavirus. Este mismo estado de cosas seguirá existiendo si los panameños (as) asumimos la misma actitud de “poco me importa” y miramos para otro lado cuando el deber de ciudadanos nos llama.

Pues resulta que en momentos de cuarentena no es lo mismo que se violen las disposiciones sanitarias en un barrio pobre que en un yate de “ricos y famosos”. En un barrio de pobres la policía hace operativos y se lleva esposados a los que se dejan atrapar. Estos mismos tienen que pasar un tiempo en detención preventiva mientras que un juez “de paz” dispone de las sanciones.

En un yate lujoso como ocurrió hace poco, se hace una fiesta de desenfreno tipo “Sodoma y Gomorra” sin que las autoridades tomen una acción enérgica parecida a la empleada en el “gueto” o ¿será que los pobres son más peligrosos que los ricos? Solo bastó una disculpa “ayeyesada” en medios de televisión y asunto arreglado.

Hay un dicho que reza “Dios castiga lengua” y da la casualidad que varios de los que fueron grabados en su francachela del yate eran familiares muy cercanos del Presidente de la república y de otras personalidades que nos tratan de vender casi a diario su imagen de impolutos e intachables. Este sería un buen tema para una película de “ficción” o novela policiaca: “Los Intachables”.

Hace poco una funcionaria del MINSA me dejó más confundido con este asunto de los cercos sanitarios. Pues resulta que si alguien hace una reservación para un hotel de playa o de cuatro estrellas y muestra ese comprobante de pagado a un policía o reten, estos de manera inmediata deben abrirte paso y no impedir que te dirijas al mismo. Lo mismo no ocurre si yo me dirijo a un punto del interior para hospedarme en un hotel o pensión barata y le digo al policía que voy a hospedarme en tal lugar que tiene una o dos estrellas, ya que de inmediato sería devuelto de donde salí y quizá con una multa.

Muchos pequeños almacenes continúan cerrados pero los grandes conocidos en la televisión por sus continuas propagandas de “ropa barata” si pueden abrir. Solo basta darse una vuelta por AlbrooK Mall para percatarse de esta realidad. Solo los aptos para amedrentar y disuadir serán los escogidos.

Para el anuncio de nueva reapertura de restaurantes, los que no cuenten con las medidas de bioseguridad dispuestas por el MINSA no podrán abrir. Si el MINSA dispone que es necesaria la inversión en nuevos equipos de sanidad como las pequeñas mamparas en las mesas, no hay de otra. Si el MINSA dispone de áreas al aire libre en los restaurantes, también hay que tenerlo, pero da la casualidad que la gran mayoría de pequeños restaurantes no tienen el espacio ni la capacidad económica para estos nuevos lineamientos, de tal forma que los fuertes sobrevivirán y los débiles sucumbirán igualito como en los documentales de National Geographic.

A pesar de que existen diversas vacunas aplicándose en el mundo, El gobierno optó por Pfizer y la  multimillonaria  Jhonson & Jhonson. El gobierno de México y Argentina también optaron por la aplicación de la vacuna rusa Sputnik ante la escasez de las primeras, sin embargo, en Panamá no se aplicará ni la rusa ni la china ya que no tienen el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud, la misma entidad que vio venir el virus, lo miró traspasando fronteras con letalidad y no tenía una respuesta contundente ante la ola de fallecidos y contagiados. Al final como se pita en el inicio de un juego de fútbol, la OMS declaro: Pandemia.

Cuando de convencer se trata, parece que el gobierno opta por los mejores. Esto pasó con un epidemiólogo que primero dijo que no eran necesarias las mascarillas para la gente no contagiada, luego se echaron para atrás y la mascarilla se volvió obligatoria. En un canal de televisión un experto en virus nos habla de que las caretas no resuelven el problema, mientras que en el otro canal nos informan que es efectiva para evitar contagios hasta en un 99% sobre todo en áreas de mucha congregación de personas.

El Presidente Cortizo sostiene que la “salud es igual para todos”, sin embargo, hay escasez de medicinas muy sensitivas en el Seguro Social, mientras que en las farmacias cuestan “un ojo de la cara”. La vacuna Pfizer debe aplicarse a los que tienen contacto directo con “infectados”, sin embargo, ya la vice Ministra reconoció que muchos se la aplicaron sin estar en la lista de prioridad. De verdad que este es un país de ensueño o surrealista como quieras mencionarlo donde la in justicia se campea y planta su bandera ante la mirada atónita e incrédula de muchos(as).

Autor: Jaime Cheng Penalba

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