La cuadrilla de bailarines, encabezada por el presidente y su vice, ministros de Estado, gobernadora
Ab imo pectore
El degradante espectáculo ofrecido en días pasados por el Ejecutivo, en Atlapa, ha recibido un contundente repudio e indignación ciudadana. Lo ocurrido y las justificaciones que le han seguido, retratan -de cuerpo entero- la putrefacción ética y moral que domina a los principales conductores de la cosa pública.
A pesar de la manipulación mediática y el apadrinamiento de los periodistas gastos pagos (PGP), que nunca faltan, la reacción ciudadana no se hizo esperar. Las redes sociales se han visto desbordadas por las diversas expresiones, que van, desde la indignación, al repudio, pasando por el dolor, el desprecio, la decepción, la frustración y la vergüenza de diversos sectores de la población, de saberse que en manos de gente de baja calaña, indolentes e irrespetuosos nos encontramos.
La cuadrilla de bailarines, encabezada por el presidente y su vice, ministros de Estado, gobernadora y un largo etcétera de amanuenses, danzando y celebrando, sin vergüenza alguna, sobre los cadáveres de más de seis mil muertos por COVID-19, el dolor de sus familiares y amistades, ha sido un espectáculo inmerecido por todos.
Lo ocurrido es un retrato real de la endémica corrupción imperante en todo el gobierno, especialmente en sus principales cabezas. Un gobierno que, desde el día uno, se ha dedicado al soborno, la extorsión, a los arreglos, a las alteraciones fraudulentas, a las malversaciones y fraudes, a la especulación financiera con fondos públicos, a la colusión privada, como todos unos barattieris.
El funcionamiento ordinario de la vida social se sigue degenerando y degradando -a pasos agigantados- gracias a la conducta ultra deshonesta de los principales actores públicos.
La “emoción” con la que han pretendido justificar su actuación, no son más que una expresión adicional de la corrupción que los guía y los domina. Son gente de la peor escoria, que cada día que seguirán al frente del Estado, no escatimarán esfuerzo alguno para la consecución de sus objetivos personalísimos y para burlarse de la población sumisa en la pobreza, desempleo y Desasosiego.
Autor: Miguel Antonio Bernal V.
Catedrático – Universidad de Panamá