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Del caos a la esperanza

En más de seis mil hogares panameños, en los que se llora la partida de uno o más seres queridos, los deudos recogen su dolor.

En más de seis mil hogares panameños, en los que se llora la partida de uno o más seres queridos, los deudos recogen su dolor ante la frustración y la decepción ciudadana, que no cesan de ir en aumento.

El covid-19 y la pandemia que arrastró consigo, ha sido más que aprovechada por los corruptos y crematísticos, que han buscado, desde sus posiciones de poder político y económico, convencernos de que todos somos corruptos. El informe del vicepresidente sobre el uso de los dineros durante la pandemia es una prueba de desfachatez y cinismo.

Es así como ellos logran continuar haciendo de las suyas como hasta ahora, doblegándonos para que cunda entre nosotros la impresión de que no podemos hacer nada y que, no va a pasar nada. Los promotores del caos son, también, los verdugos de la esperanza. El reciente fallo de los cortesanos sobre la legalidad del toque de queda, del 28 de enero del corriente confirma lo anterior.

No es la pandemia la generadora del caos existente ni del desastroso estado de nuestra sociedad en todos los terrenos, Es, ante todo, la ausencia de un repudio más activo y decidido a los múltiples abusos de poder y extralimitación de funciones, perpetrados por la empresa criminal gobernante, cuyo plan de gobierno ha sido y es el saqueo y la manipulación de los Órganos del Estado para satisfacer sus propios intereses particulares.

Se hace, cada día más urgente, entonces, que los ciudadanos concientes, renovemos y reforcemos la esperanza y comencemos, de una vez por todas, a actuar sin vacilaciones y a exigir un proceso constituyente que siente las bases para una real renovación de nuestra sociedad.

No podemos continuar cruzados de brazos y seguir como espectadores, resituemos y revaloremos nuestras acciones y con ellas nuestra ardiente esperanza y dignidad ciudadana, podremos alcanzar que muchas cosas se modifiquen, se mejoren, se controlen o cambien de verdad.

Una vez más: si no renovamos de manera firme y decidida nuestra voluntad de acción política ciudadana y no logramos cambios profundos, la corrupción de la mano de la Impunidad y los corruptos, ganarán aún más terreno, dando lugar a lo que algunos llaman «procesos de re-corrupción».

Autor: Miguel Antonio Bernal
Catedrático Universidad de Panamá

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