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Historias Contadas

Dado que los amantes de la tergiversación de la historia andan hablando de: “Historias no Contadas”, traigo hoy ante los lectores de esta columna, está historia contada hace ya algunos años, puesto que las falsedades no pueden seguir teniendo cabida en la memoria histórica.

El título original de este artículo fue NO TE QUEREMOS AQUI…

En abril del año 2005, la `Comisión de Disciplina del Consejo Académico´, consuetudinaria violadora del debido proceso, me citó a la Facultad de Odontología para “indagarme” y justificar así la expulsión mía de la Universidad.

Fui recibido -al apersonarme- por una turba de funcionarios de la Universidad, en su gran mayoría reconocidos batalloneros. Estos sujetos, entre las cosas que me gritaban era: “no te queremos aquí”.

Entonces, le dejé muy en claro al rector y a sus espoliques, que yo no tengo ningún interés que ellos me quieran. Por eso, ahora que nuevamente intentan montarme otro “proceso”, me permito recordarle al rector:

  • Usted es un politiquero, yo soy un académico decente.
  • Usted no ha querido que se investigue a fondo la falsificación de diplomas; yo, por mi parte, puse la denuncia correspondiente en el Ministerio Público.
  • Usted no quiere enseñar sus títulos; yo he enseñado y enseño los míos.
  • Usted le rinde culto y devela bustos de Pedrarias Dávila; yo repudio los genocidas, de antes y de ahora.
  • Usted manipula, ordena, impone; yo sí enseño.
  • Usted selecciona la justicia, persigue y amenaza docentes; yo trato de ser más justo cada día.
  • Usted como la mayoría de los rectores desde la dictadura, pasará aunque le ponga su nombre a todas las avenidas de la Universidad; yo, como otros docentes quedaré.
  • Usted humilla y le gusta engañar; yo procuro ser humilde y no dejar que engañen a la gente.
  • Usted, señor rector, le gusta dividir: a los profesores, a los estudiantes, a los administrativos; yo enseño a mis alumnos, a mis compatriotas a multiplicar, a acrecentar la dignidad.
  • Usted recibe -y le encantan- abrazos comprometidos; yo recibo abrazos sinceros.
  • Usted le gusta que le llamen “Rector Magnífico” mientras corta cintas; yo corto cadenas.
  • Usted suma haberes, yo sumo conocimientos.
  • Usted tiene los gastos pagos; yo pago mis gastos.
  • Usted, fue elegido rector y se quiere reelegir; yo elijo y no creo en la reelección.
  • Usted tiene toda una vida dedicada a impulsar, apoyar, aceptar, practicar el autoritarismo; yo llevo toda una vida combatiéndolo.
  • Usted no cree en el diálogo, ni en el debate, ni en la participación ciudadana; yo predico el diálogo, practico el debate y creo en la democracia participativa.
  • Usted, señor rector, tiene la Universidad secuestrada para sus tenebrosos fines; yo creo en los ciudadanos actores que desean rescatarla de las manos de los impostores.
  • Usted, señor Rector, con sus acólitos del CGU, al igual que otros dictadores del pasado me dicen: “no te queremos aquí”; yo les digo con toda claridad: “Aquí estoy y aquí me quedo.

Autor: Miguel Antonio Bernal
Catedrático – Universidad de Panamá

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