En Medicina, el diagnóstico es la pieza clave o factor determinante del éxito en el tratamiento o manejo de cualquier enfermedad; a falta del mismo, solo cabe la presunción, el ensayo y el error. En reiteradas ocasiones, públicamente, propuse una reunión en la U. de Panamá, con profesionales de distintas disciplinas, a fin de debatir la crisis sanitaria; prevaleció el silencio. Del 27 al 31 de mayo del 2024, allí se efectuó el XVIII Congreso Nacional de Sociología.
Sobre: Geopolítica, crisis global, procesos de resistencia. Al respecto dije: Rehuso pensar que la pandemia no estuviera en el programa del Congreso, sobre todo dado su impacto en las esferas de salud, educación y economía. El 2 junio 2024, La Estrella de Panamá publicó el artículo “Análisis sociológico pos Covid -19”, del Dr. Enoch Adames, coincidente con la obra: “El futuro de la economía panameña Pos Covid -19”. Compilada por el Dr. José Chen Barria, publicada recientemente.
La Universidad puede renunciar a la “diaconía de la verdad”, su esencia libertaria es fomentar el análisis de los problemas universales, antropológicos incluso los terrenos y nacionales, mediante la participación ciudadana; eso sí, sin Eludir la confrontación de ideas. No obstante, el alto perfil académico de los colaboradores de la obra citada, parece impropio proponer alternativas de solución, sin contar con un diagnóstico; sería asumir la pandemia como verídica y más aún, limitarse al aspecto económico, cuando solo los efectos adversos sobre la salud, asociados a la inoculación del bio-fármaco experimental, apenas comienzan a ser reconocidos, como producto de un gran fraude.
La aproximación dialéctica a la verdad es incompatible con el dogmatismo y la exclusión y el mejor escenario es precisamente la Universidad, donde debería Prevalecer la racionalidad de la academia y el sincretismo; máxime en la casa del Dr. Octavio Méndez Pereira, cuyo compromiso ético e histórico es la práctica y el desarrollo del pensamiento crítico.
Reitero la exhortación; la U. de Panamá debe coordinar un debate formal sobre la crisis que tradujo tan graves repercusiones sobre la salud, la educación y la economía. Aunque en el pasado reciente, algunas instituciones se plegaron a la excedida e irracional política gubernamental en el manejo de “la pandemia”; es de urgencia notoria hacer una revisión exhaustiva de lo actuado, ensayar un diagnóstico y consensuar alternativas, incluyendo la prevención ante eventos futuros, previsibles en la agenda 2030, máxime ahora, cuando la ONU, con el pretexto de “prevenir el discurso de odio”, se propone erradicar la libertad de expresión; pretendiendo ejercer funciones de Ministerio Universal de la verdad y el bien. A nivel internacional ya se ha reconocido “la pandemia” como un crimen de lesa humanidad, para reducir la población mundial con ayuda del arma biológica, rotulada como vacuna; dirigido y controlado desde la OMS. El debate es un deber inexcusable, tanto como la elaboración de propuestas dirigidas a concertar acciones legales, para que todos los involucrados en la trama genocida, rindan cuentas ante la justicia.
Autor: Leopoldo E. Santamaría
Profesión: Médico