Poco después de conocerse la designación del ministro del Minsa, recibí el organigrama del Ministerio, con la petición de informar si me interesaba ocupar alguna posición en dicha estructura. Respondí: Me interesa servir, no ocupar un espacio. Acepto contribuir al mejoramiento integral del sector y podría hacerlo desde la Dirección de Dispositivos Médicos. Al día siguiente fui informado que la posición había sido asignada. Respondí: No hay problema alguno; solo espero que el profesional tenga la integridad requerida para que no vuelva a ocurrir algo semejante a la autorización del biofármaco tóxico y nocivo para la salud, llamado vacuna.
punta del iceberg del gravísimo atentado a la salud pública; situación que, reitero, exige una investigación exhaustiva del manejo del fraude sanitario catalogado como pandemia; incluyendo el procesamiento judicial de todos los involucrados. Además, ojalá revisen los procedimientos administrativos cumplidos por la administración saliente; examinen las fichas técnicas y la normativa, porque es menester mejorar los controles, particularmente los registros sanitarios y la vigencia de las patentes; comúnmente utilizados, por empresarios corruptos y servidores venales, para legitimar negociados.
Dos situaciones preocupan: 1.- el presidente de la Cámara de Comercio dijo: “No se pueden pasar el resto del año hablando de lo que pasó en el quinquenio anterior. Nos toca trabajar y ese es el llamado que hacemos a todas las autoridades arranquemos a trabajar”. 2.- Este fin de semana, (13 y 14 de julio), Minsalud reasumió el programa de vacunación contra la influenza y demás vacunas del esquema nacional. Tanto el argumento del dirigente mercantil como la campaña de inoculación, exigen reflexión y participación ciudadana.
Sería ingenuo esperar que los medios de manipulación social aborden el tema de manera objetiva, lo injustificable es que la actual administración se abstenga de revisar el tema; como si la agenda 2030 fuera intocable y tuvieran que continuar el plan perverso de la OMS; que ahora, además promueve la farsa de “la gripe aviar”. Lo racional y perentorio es suspender la “vacunación” y que una institución internacional, acreditada determine si esos fármacos, representan riesgo de daños a la salud; porque la plataforma tecnológica, usada actualmente en la elaboración de esos biofármacos experimentales, se basa en el ARN mensajero; por lo cual, NO son vacunas, sino armas biológicas, hecho ya reconocido, a nivel internacional, por expertos en el tema, como causal del mayor crimen médico de la historia de la humanidad.
En Medicina no existe la infalibilidad ni custodios o garantes de “evidencias científicas”. Ni censura ni control. Si no se puede cuestionar, debatir y sustentar, es propaganda, no ciencia. Basta de engaños y de daños. Prevención es la vía.
Autor: Leopoldo E. Santamaría
Profesión: Médico