En medio de tanta Iniquidad y Desasosiego, reflexionar es un desafío; predomina la confusión y la frustración; la mayoría centra sus energías en proteger su entorno familiar, literalmente en un afán de supervivencia, sin advertir que priorizar la seguridad compromete la autonomía. Pareciera que, de manera gradual e imperceptible, la humanidad hubiese sido hipnotizada y trasladada a un escenario hostil, donde las desigualdades son crecientes y los gobiernos, instrumentos de un ente poderoso, controlador e invisible.
El Foro Ec. Mundial (FEM), que agrupa a las grandes corporaciones financieras, anualmente, trata las estrategias dirigidas al establecimiento del Nuevo Orden Mundial. Convencidos que los problemas de la humanidad se deben al exceso de habitantes, y que reducir el número es la solución; la revista National Geographic lo adivinó, la portada de abril del 2023, reza: Ya somos 8 mil millones pero, por primera vez, la población comenzará a decrecer a finales de este siglo!.
Con este propósito, la población mundial fue sometida al más grande experimento de ingeniería social en la historia de la humanidad; asegurando que la pandemia por Covid-19, causaría muchísimas más muertes que las provocadas por la gripe española, de 1918. Con las corporaciones de prensa bajo control, propagando el pánico, generaron un estado de histeria colectiva. Con autoridades sanitarias incompetentes e inmorales; junto a profesionales de igual catadura, rechazaron la terapia convencional e impusieron la censura y el control de cualquier disidencia o sesgo de la narrativa oficial, para finalmente coaccionar a la población e inocularse un arma biológica.
Lo peor es que después de cuatro años de la presunta pandemia y mientras el FEM y sus instrumentos, se disponen a actualizar los reglamentos para dirigir el manejo de las “próximas pandemias”, la mayoría, entretenida con la farsa del cambio climático, ni se percató que, a cambio de una falsa seguridad, perdió capacidad de decidir. Y hoy, contrariada luce incapaz de exigir investigar lo ocurrido; mientras los estrategas, en pleno control de sus instrumentos se disponen a aplicar, con mayor rigor y control, las mismas medidas que les permitiera avanzar con su perverso plan de despoblación.
La ONU, que junto a la OMS, son instrumentos del FEM, adelantan los preparativos para la gran Cumbre para fines de septiembre 2024, donde junto a gobiernos vasallos pretenden aprobar el Pacto para el Futuro. El Manifiesto de Davos lo precisa: “la dirección debe asumir el papel de administradora del universo material para las generaciones futuras”; el Pacto digital mundial, respaldada por inteligencia artificial, agilizará la consecución de los objetivos propuestos”.
Basta observar el rumbo de la rectoría sanitaria, para saber que la administración subscribirá todos los acuerdos. Según el artículo 56 de la Ley 41 de 1 de julio de 1998, el MINSA es la autoridad encargada de normar, vigilar, controlar y sancionar todo lo relativo a garantizar la salud humana. La misión del ministerio de salud es: garantizar la protección y el mejoramiento de la salud física, mental y social de la población, mediante el ejercicio de la rectoría en salud. La gestión 2019-2024, fue instrumento de la OMS; la actual debería ser consecuente y cumplir su misión; lo opuesto sería Sumisión. 14 de agosto 2024.
Autor: Leopoldo E. Santamaría
Profesión: Médico