Por: Miguel Antonio Bernal – Catedrático universitario.
En aras de contribuir a un mejor conocimiento del proceso constituyente, damos inicio a esta serie: ¿Qué es poder constituyente? ¿cuál es su relación con el poder público?
Temas relacionados al acontecer cotidiano en nuestra sociedad
Por: Miguel Antonio Bernal – Catedrático universitario.
En aras de contribuir a un mejor conocimiento del proceso constituyente, damos inicio a esta serie: ¿Qué es poder constituyente? ¿cuál es su relación con el poder público?
Por: Cristian Nieto Guerra – Docente universitario.
Panamá ha vivido un sofismo de independencia, cambiando de amos sin romper sus cadenas: de España a Colombia y de Colombia a Estados Unidos. Las élites establecidas endosaron la patria entre imperios mientras el pueblo solo cambió de bandera. Hoy, la verdadera independencia exige una Nueva Constitución, nacida del poder ciudadano, que sustituya el disfraz de soberanía por una real democracia y libertad.
Por Cristian Nieto Guerra – Docente universitario.
El panameño ha sido domesticado a participar cada cinco años en una liturgia electoral que legitima su propia exclusión, donde la democracia representativa se ha convertido en el mejor disfraz del autoritarismo constitucional. El pueblo no decide, solo ratifica falsos líderes que NO consultan, sino dictadores temporales con mandato legal.
Por: Miguel Antonio Bernal – Catedrático universitario.
La inconformidad y desconfianza que impera en la población panameña, generada por los últimos gobiernos con sus actuaciones a favor de la corrupción y la impunidad, hacen más imperativa y necesaria la alfabetización constitucional.
Por: Miguel Antonio Bernal – Catedrático universitario
“Cada vez que asigno un puesto vacante, genero cien descontentos y un ingrato” (Luis XIV, 1638-1715)
Les leçons du pouvoir, libro de François Hollande que he venido someramente comentando y resaltando partes de su contenido, no solo es una obra a leer más de una vez. También abre las puertas a la reflexión y a otras obras sobre el tema.
En el anterior artículo indicaba que para Hollande, los que gobiernan “deben siempre comprender que el poder no es una propiedad, un atributo, un privilegio.”
En sociedades como la nuestra, donde la cultura democrática ha sido olvidada por más de cinco décadas, el respeto por los valores éticos y cívicos han corrido la misma suerte y, con ellos el sentimiento jurídico para permitir que se cultive el miedo a la libertad y a la dignidad.
Por ello, cuando el autor subraya que “el papel del Presidente es el de recordar los hechos, recalcar el alcance, unir la nación. Debe también despejar las constantes de nuestra historia, sacar las lecciones de nuestros éxitos y levantar el velo de ciertas páginas, ocultadas a sabiendas hasta entonces para no reabrir cicatrices dolorosas. Debe utilizar el contexto en el cual la conmemoración se produce para interpelar el pasado y meditar sobre los desafíos de hoy día, El debe de hacer obra de pedagogía, mostrar cómo la barbarie se reproduce con otros rostros, hacer un llamado a las fuerzas que lograron vencerla”
Confiesa con profunda sinceridad haber “cedido al riesgo de confundir pedagogía y expresión. Hablar no es comunicar. Reaccionar a las preguntas no es aportar las respuestas. Estar en la actualidad no es estar en la vida. Abordar todos los temas es no imponer ninguno”.
Sin rodeos afirma que: “Tomé conciencia que la desmultiplicación de la palabra, lejos de rendirme familiar a los franceses, me alejaba. Me entendían cada vez más pero me conocían cada vez menos.” Y acota: “ Al invitarse uno permanentemente, a casa de la gente, estos terminan por cerrarte la puerta. Al verte ya no te miran más. Al saturar el espacio, te borran. Al anunciar cada día una iniciativa, ya han olvidado la última. He ahí la diferencia entre dar sentido y hacer ruido”.
Entre las muchas cosas que deplora de su quinquenio, Hollande nos confía a lo largo de muchas páginas con sus lecciones y reflexiones que “la razón no siempre tiene razón” ; que “los argumentos de la razón se pierden en el camino”. Así nos dice: “En política, yo lo se en el fondo de mi mismo, es irracional no tomar en cuenta la irracionalidad”.
Las afirmaciones anteriores, no le impiden resaltar que: “en democracia no basta con tener razón; también hay que convencer”, para luego acotar que “la gestión del tiempo es una condición del éxito en política”.
Por: Miguel Antonio Bernal – catedrático universitario
El pasado jueves 28 de agosto, se cumplió el primer año del Decreto Ejecutivo N°. 488, mediante el cual se creó la Secretaria Presidencial para la Reorganización del Estado y Asuntos Constitucionales (SEPRESAC).
Miguel Antonio Bernal insiste en que el país necesita una constituyente originaria, no una paralela, y que la ciudadanía debe ser protagonista del cambio.
Por: Cristian Nieto Guerra – Docente universitario
En Panamá, hablar de “Constituyente” es tocar la fibra más sensible del pacto social. El término evoca soberanía popular, refundación y la posibilidad de cortar de raíz el cáncer de la corrupción. Pero lo que se ha diseñado bajo los artículos 314 y 315 de la constitución vigente no es una Constituyente originaria, sino una criatura híbrida y
desnaturalizada: la llamada Constituyente Paralela.
Por: Miguel Antonio Bernal V. – Catedrático universitario
El país político que ha venido siendo controlado por los que viven de la politiquería, no deja de arremeter contra los ciudadanos y sus derechos. Ello, gracias a un Estatuto constitucional impuesto hace más de cinco décadas. Nos distancian de toda gobernabilidad democrática y se espantan ante la necesidad de la reinstitucionalización necesaria para un Estado Constitucional Democrático.
Por: Cristian Nieto Guerra – docente universitario
En Panamá, la corrupción y el abuso de poder ya no son meras sospechas; son realidades que se evidencian con cada acto de quienes deberían proteger la democracia y el Estado de derecho.