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Constituyente Opinión

¿El síntoma o la enfermedad?

La crisis actual, por la cual atravesamos, es resultado de la suma de diversos factores, entre los cuales es fácil admitir los siguientes: incompetencia, ausencia de liderazgo, falta de planificación, corrupción desbordante, Impunidad, falta de voluntad e iniciativa, manipulación e irrespeto, expresado tanto en las incontables mesas de “diálogos de yo conmigo”, hasta la propuesta de soborno de la ministra de gobierno a los manifestantes originarios, de San Félix para que despejaran la vía; acto bochornoso y delictual.

Algunos negociadores, con más entusiasmo que comprensión del tema, han centrado su atención en las hojas, dejando a un lado, el árbol e ignorando el bosque; desconociendo que la causa del descontento son las profundas desigualdades existentes, entre los pocos, que acumulan excesos y el resto de la población que acumula privaciones; debido a que esa misma minoría, cada cinco años, envuelve al electorado, con promesas, asegurándole que todas esas injusticias ellos las resolverán, basta elegirlos; el tribunal electoral organiza la farsa y así legalizan al que se encargará de repetir la historia durante los próximos cinco años; o sea: servirle a sus donantes de campaña, amigos y copartidarios, otorgarle concesiones de todo tipo, contratos directos o indirectos, consultorías y asesorías de toda clase, ministros con$ejeros; salarios de Dubai, consulados, créditos fiscales, subsidios, etc. mientras los honorables se asignan las partidas necesarias para nombrar a toda la parentela y a decenas de promotores, para asegurar la reelección y, en el tiempo restante, se dedican a hacer “leyes”, cuya aprobación suele agilizar$e con sobre amarillos y, por increíble que parezca, hasta han aprobado préstamos para pagar planillas, como reconoció el encargado de la cartera respectiva.

A grandes rasgos así funciona la maquinaria de la corrupción, el saqueo, el Despilfarro, los negociados, etc., “el buen gobierno” resultó ser “la gran piñata”; origen de los nuevos ricos que salen al dejar el poder, sumándose a las mafias de los oligopolios. De manera que negociar la rebaja de la gasolina y congelar los precios de la sardina y los coditos, además de una burla es una canallada. El modelo político vigente, mal llamado Democracia Representativa, es la enfermedad maligna o cáncer, la corrupción es solo uno de los síntomas; el único tratamiento que cabe es una cirugía radical; pero algunos confunden los síntomas con la enfermedad; olvidando que la aspirina ni los paños de agua tibia resuelven. El fundador del partido, padre putativo de la Constitución cuartelaria, dijo: “cuando el que manda pierde la razón el que obedece pierde el respeto”. Aunque el ejecutivo pareciera no haberse percatado, hace rato que perdió la credibilidad y ahora, la legitimidad y el respeto; por eso la anarquía, ni siquiera ha sido capaz de encontrar la salida; solo espero que no sea para propiciar el retorno de quienes nos “visitaran” en la navidad del 89. Honduras y Puerto Rico están muy cerca, además el paraguas del Pentágono no fue una alegoría.

La única vía racional, pacífica, para un cambio profundo de las estructuras de explotación, que generan desigualdades económicas y sociales, y favorecen la corrupción y la Impunidad, es a través de un proceso Constituyente. Lo mejor que podría hacer la tripulación de la nave del Estado, es facilitar el proceso Constituyente y renunciar o correr el riesgo de ser expulsados de manera deshonrosa, como merecen los que traicionan a la patria, por la puerta que conduce al estercolero de la historia. Nos decidimos a combatir el cáncer o seguimos ocupándonos de los síntomas.

¿Usted qué opina?

Autor: Leopoldo E. Santamaría
Profesión: Médico

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