Autor: Miguel Antonio Bernal V. Profesión: Catedrático de Derecho Constitucional
Un sinnúmero de reflexiones conllevarían a un exhaustivo examen del tema que me corresponde compartir con ustedes hoy, pero creo provechoso destacar una fundamental que nunca será suficientemente insistida: la educación en civismo.
Sabiendo que un proceso Constituyente Originario se convoca cuando los poderes reales de poder han amañado el sistema, hasta el punto que es imposible que las instituciones puedan volver a cumplir con sus funciones originales, la etapa de Alfabetización Constitucional, que lleva a cabo la Secretaría Presidencial para la Reorganización del Estado y Asuntos Constitucionales, es una necesidad urgente.
La realidad actual, producto de la historia política y social de Panamá, nos presenta el reto de un Proceso Constituyente Originario, el cual surge como una necesidad urgente para abordar las desigualdades estructurales y romper con el abuso que el poder económico y político vigente ha ejercido sobre sectores clave, por poner un solo ejemplo, la situación de la salud y el monopolio de los medicamentos.
La corrupción es un cáncer que corroe los cimientos de nuestra sociedad. En Panamá, las constantes denuncias de irregularidades en la administración pública han socavado la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Para lo que solo es necesario responder si el pueblo confía en el Tribunal Electoral, la Asamblea Nacional, la Contraloría, el Órgano Judicial y por ahí usted puede seguir la lista.
Hoy, un día después de los panameños pasar por un Duelo Nacional, por la injustificada invasión de los Estados Unidos, se nos presente un momento crucial para nuestra nación. Las recientes declaraciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, respecto a una posible intención de recuperar el Canal de Panamá, han despertado inquietud y preocupación en nuestra sociedad. Este asunto no solo toca las fibras más sensibles de nuestra soberanía, sino que también nos obliga a reflexionar sobre nuestra posición como pueblo y como nación independiente.
Nos encontramos hoy frente a una realidad que no podemos seguir ignorando: el destino de nuestra sociedad panameña está siendo dirigido por quienes han convertido la corrupción en una norma. Y es que no hay manera de esconder la verdad que salta a la vista: los que son el problema, jamás podrán aportar soluciones reales.
Autor: Miguel Antonio Bernal V. Profesión: Catedrático de Derecho Constitucional
El 10 de diciembre de 1948, la humanidad dio un gigantesco paso con la aprobación por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Hablar de la «legalización de la corrupción» en el ámbito universitario, a parte de lo que implica que se oficialicen actos deshonestos mediante normas jurídicas, se refiere a estas prácticas que se normalizan y toleran hasta volverse parte del tejido institucional.
Autor: Cristian Nieto Guerra Profesión: Docente de tecnología
Un Proceso Constituyente originario NO es una reforma a la actual Constitución. Es un acto de soberanía, un pacto entre generaciones, un compromiso para construir una sociedad más justa, equitativa y digna, que garantice una verdadera democracia.
Autor: Cristian Nieto Guerra Profesión: Docente de tecnología
La lucha de los panameños contra la corrupción no puede librarla eficazmente sin un cambio profundo en nuestras estructuras de poder. Y la única vía pacífica para lograrlo, es mediante un Proceso Constituyente, de todos, con todos y para todos.