La Constituyente no es excluyente, pero tampoco se puede permitir la profanación de grupos radicales o extremistas.
La constituyente es un acto político y es por eso que debemos interesarnos, porque de ella surge la nueva constitución que nos regirá a todos y no solo a un grupo o sector específico.
Somos cómplices de lo que nos sucede como sociedad, porque hemos permitido que en las Instituciones de gobierno se anide la corrupción, lo que da pie a todos los actos que han quedado impunes y los seguirán haciendo. También hemos llevado a personas a la vida pública y luego surgen las lamentaciones porque se sienten decepcionados por la mala elección y debemos de calarnos 5 años completos sin que exista una revocatoria de mandato, apadrinada por un órgano judicial en contubernio con el legislativo. El sistema de gobierno panameño tiene sus visos o blindajes gracias a la constitución que nos ha regido.
Alguna vez han leído este razonamiento: “El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan imbécil que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y Lacayo de las empresas nacionales y multinacionales” –Bertolt Brecht–
Antes me decía que odiaba la política, pero veo que son los políticos quienes lo hacen!
¡Constituyente Ya!