La Universidad Autónoma de Chiriquí, entidad estatal con autonomía pero financiada por el Estado Central, está sujeta a la rendición de cuentas y al estricto cumplimiento de la legislación y la ética como pilares fundamentales de su existencia.
A finales de 2023, el Tribunal de Elecciones de la UNACHI anunció el inicio del proceso electoral para decanos y directores para el período 2024-2029. El comunicado estableció el período de proselitismo político desde el 6 de diciembre de 2023 hasta el 22 de abril de 2024, con las postulaciones programadas del 20 al 22 de marzo y las elecciones el 24 de abril de 2024. Se mencionó además que varios docentes expresaron su interés en postularse, subrayando su derecho democrático a hacerlo.
Cabe recordar que el 1 de abril de 2022 se promulgó la Ley No. 292, destinada a permitir la reelección consecutiva de la actual rectora de la UNACHI. Esta ley, criticada por muchos como una figura burda y grotesca de mantener el poder político de ciertas facciones, refleja una dinámica de fuerza política que ha contaminado la universidad, alejándola de su misión académica y visionaria.
El Decano de la Facultad de Humanidades de la UNACHI consultó a la Procuraduría de la Administración en septiembre de 2023 sobre la interpretación de la Ley 292. Si bien planteó la posibilidad de que los actuales decanos y directores se postularan nuevamente en 2024 bajo las nuevas reglas, la Procuraduría afirmó que la ley prohíbe explícitamente la reelección de estos cargos, lo que implica un cambio significativo en las reglas electorales.
A pesar de que la opinión de la Procuraduría es conocida por todos los estamentos de la UNACHI y los aspirantes a cargos, el Tribunal de Elecciones parece resistirse a aceptarla, lo que genera preocupación sobre el respeto a la legalidad y la ética en el proceso electoral. Es imperativo que la UNACHI recupere su institucionalidad y evite que la anarquía y la astucia política dicten sus reglas.
La situación de la UNACHI refleja una urgente necesidad de CAMBIO, con la comunidad estudiantil emergiendo como una potencial fuente de transformación. Los estudiantes tienen el poder de exigir una institución que cumpla con los estándares académicos y éticos que merece la provincia de Chiriquí, impulsando a la universidad hacia un futuro donde prevalezca la integridad y la excelencia académica sobre la política de auto-servicio y el desorden administrativo. La comunidad universitaria se enfrenta al desafío de exigir transparencia, responsabilidad y un compromiso renovado con la excelencia educativa.
Finalmente, la sociedad chiricana también tiene el deber cívico de exigir una universidad de calidad y libre de contaminación política. La UNACHI necesita ser rescatada y reformada para cumplir con las expectativas de la sociedad chiricana y ofrecer una educación superior que supere las expectativas ampliamente. Una universidad con un presupuesto anual de más de 100 millones de Balboas es la institución con mayor recurso económico en la provincia. Es hora de pedir explicaciones y demandar cambios tangibles.
Autor: Ariel Rodríguez Vargas
Profesión: Biólogo