Por: Miguel Antonio Bernal – Catedrático universitario
Muchos se sorprenden, al enterarse, que nuestro país tiene en la actualidad una constitución que fue elaborada e impuesta por la Dictadura hace ya más de 52 años.
Y, he aquí, la génesis de un pueblo que cada día se siente frustrado ante tantas injusticias que, de todo tipo, se cometen El origen de la desbordante corrupción e impunidad que nos asfixian, se encuentra en el propio estatuto constitucional que aún predomina. A pesar de que la dictadura cayó hace 35 años, su espíritu autoritario aún se pasea en códigos y autoridades de los tres Órganos del Estado.
La única fórmula, el único camino para salir de tanta zozobra social es la Constituyente Originaria, la cual nos permitiría con la participación de todos, reorganizar y democratizar nuestra sociedad y las estructuras estatales heredadas de un oprobioso régimen.
De esta manera querido lector ciudadano, usted tiene una varita no mágica, pero si un derecho que ejercer, lo cual no podría erradicar todos los males, pero si trazar un norte para que cambie el paradigma de un sistema impune y de desigualdad para los panameños todos. La omisión constitucional, que cometemos al no participar de manera decidida en la alfabetización constitucional, es permitir que ni como sociedad, ni como país podremos salir adelante triunfantes.
Ha llegado la hora del verdadero cambio constitucional, por todos y en beneficio de todos. No podemos seguir cultivando ni la división, ni la confrontación que solo contribuyen a una violencia perjudicial en todo sentido.
Abramos todos los espacios para que el proceso constituyente cristalice de una vez por todas en nuestras conciencias y acciones. ¡Llegó la hora del cambio constitucional!
Fuente: El Siglo