En estas circunstancias, lo urgente e inaplazable es la unidad; sin descalificar ni impedir la participación de nadie.
Dada la profundización de la crisis institucional, expresada en el aumento desproporcionado de corrupción, impunidad, incompetencia, falta de liderazgo y de voluntad para correctivos de fondo, han surgido grupos, preocupados ante el riesgo creciente de un estallido social, proponiendo alternativas de solución, todas pacíficas, a fin de evitar, en lo posible, peores consecuencias que las ya existentes.