Denuncié haber sido destituido por rehusarme a encubrir un caso de infanticidio.
Hace varios lustros, firmé el protocolo de necropsia de un lactante menor, concluyendo, como causa de muerte: asfixia por sofocación, consignando alteraciones conclusivas de infanticidio; inmediatamente, el funcionario de instrucción me preguntó si podía ayudar a la persona que durmió con el infante; mi respuesta fue: envíeme la solicitud por escrito, la nota nunca llegó, pero comencé a recibir llamadas de despachos similares, cada vez de mayor jerarquía administrativa, con la misma petición e igual respuesta.