Después de 4 años, del informe en Panamá, de la primera muerte por Covid-19, sin necropsia; que posteriormente prohibieron, comienzan a aumentar los infartos en jóvenes de entre 35 y 50 años, las muertes súbitas e inexplicables, embolias pulmonares, hemorragias cerebrales y, por vez primera, miocarditis y pericarditis en niños; pero parece que nada grave ocurriese. En magnitud, profundidad y extensión, los daños provocados por la pandemia superan a la invasión del 20 diciembre 1989 y, a diferencia de aquella, excluyendo el grave impacto sobre educación y economía, en ésta, las consecuencias ya dependen, sobretodo de “la vacuna”; es menester investigar.
Dignidad o tiranía
