El proceso constituyente será exitoso en la medida en que comprendamos que no se trata de moldear la ley suprema de acuerdo con los lentes ideológicos particulares de algún sector; se requiere ubicar los aspectos sobre los cuales existe consenso social.
Los panameños nos encontramos ante el deber histórico de promover un proceso constituyente que nos permita adaptar nuestra ley suprema a los cambios sociales, políticos, culturales, tecnológicos y ambientales.