El principio de ‘no reelección’ ha sido calificado como ‘el símbolo político e instrumento imprescindible del constitucionalismo democrático’ (Nohlen), cobrando mayor fuerza localmente, como fórmula para impedir la corrupción en el próximo período de gobierno.
El Código Electoral ha favorecido esta partidocracia, con tendencia hacia el bipartidismo.
Los ciudadanos panameños ya no nos sentimos representados por los partidos tradicionales, los cuales han dominado la escena política a través de lo que se ha acuñado como ‘partidocracia’.