Los Boyd, Lewis, Morgan, Rojas Pardini, Alfaro, Galindo, Cortizo, Montenegro, Fifer, Pérez Balladares, que a su vez están ligadas a los Arias, Arango y otros apellidos, que desde 1903 en la oscuridad, son los mercenarios que mueven los hilos del poder en Panamá.
Antes de aprobarse el leonino contrato ley minero en el Gobierno PRD de Pérez Balladares en 1997, con el aval y la defensa acérrima del entonces diputado por el Partido Solidaridad, Laurentino Cortizo, hoy presidente de la República, en plenas negociaciones entre el MICI, Minera Petaquilla y otros, el Clan Boyd y los promineros con muchas influencias en el gabinete presidencial de ese entonces, como hoy, se preparaban para el gran asalto al pueblo panameño.