El país nacional, especialmente entre los estudiantes y profesores de la Universidad de Panamá, deben despertar para su combate cívico contra el país secuestrado por la politiquería, la plutocracia y las cúpulas de la partidocracia.

Punto de vista de la ciudadanía acerca del acontecer en nuestra sociedad
El país nacional, especialmente entre los estudiantes y profesores de la Universidad de Panamá, deben despertar para su combate cívico contra el país secuestrado por la politiquería, la plutocracia y las cúpulas de la partidocracia.
El pseudoconstitucionalismo, que no es otra cosa que hacer que algo es constitucional cuando no lo es, se encuentra en pleno apogeo en nuestro medio. Los fugitivos de la constituyente, así como sus decididos adversarios y enemigos, se han coaligado -desde distintas trincheras- con el firme propósito de promover el gatopardismo criollo.
El vocablo lela (o) es un adjetivo coloquial aplicable a la persona atontada, escasa de entendimiento o que padece una deficiencia mental…
Urge una reacción contundente de la ciudadanía para limitar al poder político antes que terminen de acabar con lo que queda de país.
El concepto Constituyente significa que constituye o establece, que permite erigir los cimientos y resto de la estructura sobre la cual desarrollar el cuerpo normativo de un Estado. Hace poco oí a un abogado afirmar que la Constituyente no es posible, porque el artículo 314 de la Constitución Nacional lo impide; en todo caso, dijo, la única salida sería la Constituyente paralela.
Fue incluido en la constitución impuesta de 1972, durante su cuarta reforma (1978, 1983, 1993/4), en el 2004, con el propósito de eludir la posibilidad de la convocatoria de un proceso constituyente que desembocara en una Asamblea o Convención Constituyente que, entre otras cosas, diera al país un verdadero y moderno contrato social, mediante acciones de participación ciudadana realmente democráticas y democratizadoras.
Los acontecimientos sociopolíticos –a nivel mundial– no se detienen. La población mundial, en medio de la crisis sanitaria, enfrenta los peligros propios a la creciente interdependencia de las sociedades. La resignación empieza a quedar atrás y, la acción y la participación ciudadana, comienza entrar, muchas veces tímidamente, al escenario.