Por: Cristian Nieto Guerra – Docente universitario
En el Panamá de hoy, donde la impunidad se entrelaza con el poder, los ciudadanos vivimos en una realidad marcada por una Constitución que NUNCA ha sido garante de justicia, equidad e independencia de poderes. No hablamos de simples fallas del sistema, sino de una estructura institucional diseñada para proteger privilegios, blindar a los poderosos y mantener un statu quo, donde el pueblo ha sido relegado a simple espectador de su propio destino como servil esclavo.