Por: Miguel Antonio Bernal – catedrático universitario
El pasado jueves 28 de agosto, se cumplió el primer año del Decreto Ejecutivo N°. 488, mediante el cual se creó la Secretaria Presidencial para la Reorganización del Estado y Asuntos Constitucionales (SEPRESAC).
Miguel Antonio Bernal insiste en que el país necesita una constituyente originaria, no una paralela, y que la ciudadanía debe ser protagonista del cambio.
Por: Miguel Antonio Bernal V. – Catedrático universitario
El término “ciudadanos constitucionales”, es uno de los tantos resultados positivos de los progresos que ha ido conquistando la participación ciudadana, en muchas sociedades.
En Panamá vivimos una contradicción que se ha vuelto insoportable: quienes gobiernan y deciden sobre la vida de millones de ciudadanos disfrutan de privilegios tan alejados de la realidad nacional, que se hace casi imposible que comprendan el día a día del pueblo. Sueldos que superan por decenas al salario mínimo, viáticos ilimitados, jubilaciones de lujo y una red de favores políticos convierten el servicio público en un espacio de privilegio, no de sacrificio ni compromiso con la nación.
Por: Miguel Antonio Bernal V. – Catedrático universitario
El país político que ha venido siendo controlado por los que viven de la politiquería, no deja de arremeter contra los ciudadanos y sus derechos. Ello, gracias a un Estatuto constitucional impuesto hace más de cinco décadas. Nos distancian de toda gobernabilidad democrática y se espantan ante la necesidad de la reinstitucionalización necesaria para un Estado Constitucional Democrático.
En Panamá, la corrupción y el abuso de poder ya no son meras sospechas; son realidades que se evidencian con cada acto de quienes deberían proteger la democracia y el Estado de derecho.
En la teoría, la Constitución es el pilar de toda república democrática. Mientras que en la práctica panameña, la Constitución es poco más que un documentos con letras, manoseada por los tres poderes del Estado según sus intereses. El desprecio de los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) hacia la Constitución no es casual ni aislado; es sistemático, institucionalizado y peligrosamente tolerado por una sociedad que ha normalizado y aceptado la traición al orden constitucional.
9. Con la denominada constituyente paralela las reglas no son determinadas por la ciudadanía. La denominada constituyente paralela está regulada con detalle, desde el 2004, en el Estatuto Constitucional que rige en Panamá desde 1972, pero, evidentemente tiene un gran problema.
5. ¿Cuál es el significado de convención constitucional? Es un órgano limitado.
Una convención constitucional, NO constituyente, es el término que se utiliza cuando se convoca a un órgano semirrepresentativo de la sociedad para que elabore una Constitución, pero no lo puede hacer de manera absolutamente libre. Tiene unas limitaciones procesales o de contenido.
En el Panamá de hoy, donde la impunidad se entrelaza con el poder, los ciudadanos vivimos en una realidad marcada por una Constitución que NUNCA ha sido garante de justicia, equidad e independencia de poderes. No hablamos de simples fallas del sistema, sino de una estructura institucional diseñada para proteger privilegios, blindar a los poderosos y mantener un statu quo, donde el pueblo ha sido relegado a simple espectador de su propio destino como servil esclavo.