Por: Cristian Nieto Guerra – Docente universitario
En el Panamá de hoy, no sorprende —pero sí indigna— ver cómo la fuerza pública es enviada a reprimir a ciudadanos que exigen lo más elemental: agua potable, salud, educación, vivienda. El reciente caso de la representante Arielis Barría, golpeada y detenida por interceder en una protesta ciudadana, es solo la punta del iceberg de una realidad más profunda y dolorosa.